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Panorama televisivo: Entre la renovación de Las Encinas y el horror magistral de Derry

El panorama actual de las series de televisión nos ofrece dos caras muy distintas del entretenimiento juvenil. Por un lado, tenemos el regreso de uno de los grandes fenómenos españoles de Netflix, que apuesta por una renovación casi total de su elenco, y por otro, una precuela de terror en HBO que está rompiendo todos los esquemas de calidad narrativa. A continuación, analizamos qué nos deparan estas producciones que están dando tanto que hablar.

Savia nueva en los pasillos de Las Encinas

La exitosa serie ‘Élite’ vuelve a la carga con su quinta temporada y lo hace con un lavado de cara considerable. El tráiler de esta nueva entrega ya ha dejado entrever bastantes detalles, permitiéndonos deducir quiénes llevarán la batuta de las tramas principales. Lo más destacado es que el reparto original ha sufrido una renovación casi completa; de aquella primera hornada de alumnos, ya solo quedan dos supervivientes que servirán de puente entre el pasado y el presente de la ficción.

Entre las incorporaciones más sonadas encontramos a Iván, interpretado por el brasileño André Lamoglia. Este nuevo alumno es hijo de uno de los mejores futbolistas del mundo y, aunque las redes sociales ya le han sacado cierto parecido físico con Cristiano Ronaldo, su actitud dista mucho de la disciplina deportiva. Iván se perfila como un fiestero empedernido que, curiosamente, tendrá que ejercer de padre de su propio padre, un rol complejo que promete dar juego. Lamoglia, conocido en Latinoamérica como un “chico Disney” por su papel en la serie Juacas, cuenta con una gran proyección en la industria hispanohablante.

Por otro lado, llega Isadora, la heredera de un imperio del ocio nocturno en Ibiza. Hija de grandes empresarios de discotecas, parece decidida a seguir los pasos de sus progenitores como la reina de la fiesta. Sin embargo, detrás de esa seguridad intimidante se esconde una realidad vulnerable que será clave para entender su arco narrativo. La encargada de darle vida es Valentina Zenere, otra actriz con pasado Disney —fue la antagonista en la serie argentina Soy Luna— que ya cruzó el charco hace unos años para trabajar en Las chicas del cable.

El destino de los veteranos

Mientras los nuevos rostros buscan su sitio, los antiguos alumnos se enfrentan a situaciones límite. Samuel, encarnado por Itzan Escamilla, ha recorrido un largo camino desde que entró como el becado de clase trabajadora. Aquella gran oportunidad se ha transformado en una pesadilla recurrente y, en esta temporada, su situación se complica al convertirse en el principal sospechoso del asesinato cometido por Armando.

Omar, el otro veterano, ha tenido que reinventarse. Tras conseguir finalmente una beca, ahora debe compaginar sus estudios con el trabajo. Lejos queda ya su icónica relación con Ander; ahora toca explorar facetas de su personaje no ligadas exclusivamente al amor romántico. Quien sí parece haber cogido el testigo del liderazgo es Patrick. Interpretado por Manu Ríos, este personaje que se incorporó la temporada pasada derrocha carisma y se ha convertido en el centro de atención tras la marcha de Guzmán, provocando una fuerte atracción en su entorno. En una línea similar encontramos a su hermana Ariadna, sofisticada y competitiva, quien sigue siendo un imán para los conflictos amorosos tras el enfrentamiento entre Guzmán y Samuel.

Una joya inesperada en el género de terror

Cambiando radicalmente de registro y plataforma, es necesario hablar de lo que está sucediendo en HBO con “IT: Welcome to Derry”. Rara vez una serie logra dejar al espectador sin palabras, no por el impacto fácil, sino por una calidad que va en aumento capítulo tras capítulo. Es una hazaña que, personalmente, solo había visto en obras maestras como Breaking Bad o la primera temporada de Empire. Sin duda, esta precuela se ha ganado un hueco en esa lista de imprescindibles.

Históricamente, el terror que pone a niños en situaciones de peligro real suele generar rechazo, pero la tendencia actual de Hollywood —como hemos visto en Stranger Things— está cambiando esta percepción. En este caso, el trabajo de los jóvenes actores es sencillamente fantástico. El desarrollo de los personajes es tan sólido que resulta inolvidable, logrando que el espectador conecte emocionalmente con ellos de inmediato.

Personajes con alma en un pueblo maldito

Lilly se erige como el corazón de la serie. La actuación de la joven actriz transmite a la perfección el calvario de una niña que, además de lidiar con la muerte de su padre y cuestionarse su propia salud mental, debe enfrentarse a una entidad maligna. A su lado está Ronnie, la luchadora del grupo, un personaje feroz y sin filtros decidido a evitar que su padre vaya a la cárcel por un crimen que no cometió, todo ello enmarcado en la tensión racial que se respira en el Derry de Maine.

El grupo lo completan figuras como Rich, el músico apasionado que bebe los vientos por Marge. Esta última, por desgracia, ha sufrido un destino atroz a manos de la entidad conocida como Pennywise, perdiendo uno de sus ojos, tal y como se reveló en el quinto episodio bajo la ilusión de Matty. También es destacable la trama de los Hanlon; Halloran, que empieza a ver cosas que desafían la lógica, y su hijo Will, que intenta desesperadamente que su padre abra los ojos ante el terror que asola el pueblo. Mención especial merece Taylour Paige como Charlotte, la madre de Will, quien se niega a mirar hacia otro lado.

Giros de guion y tensión final

Lo que realmente eleva el nivel de la serie es la sensación constante de peligro: ningún personaje está a salvo. El quinto episodio fue un punto de inflexión brutal. Cuando todo parecía perdido para Lilly tras ser abandonada por sus amigos frente a la gran revelación de Pennywise, descubrió una reliquia vital. Este objeto es capaz de detener al payaso malvado, creando una barrera que el monstruo teme y no puede cruzar.

La serie no deja de sorprender, y el giro relacionado con Ingrid Persh y su conexión con el payaso en su deseo de reunirse con su padre fue algo totalmente imprevisible. A falta de dos episodios para el desenlace, las expectativas están por las nubes. Si has visto las películas, puedes intuir por dónde irán los tiros en el séptimo capítulo, pero los avances del final de temporada auguran lo peor. Esta serie es una montaña rusa emocional, así que es recomendable tener pañuelos a mano y prepararse para cualquier cosa.